lunes, 27 de junio de 2011

¡HASTA SIEMPRE, MI LEAL AMIGO!

Publicado originalmente el Miércoles 14 de octubre de 2009


Y así, con la Solemnidad que merecía la situación, me despedí de un entrañable Amigo a quien recordaré cada día que pase lejos de su presencia. Jamás me fallaste, siempre me brindaste tu compañía y lo mejor de ti.

Algunas veces solías hacerte el duro conmigo, pero yo sabía que seguías siendo el de siempre.

Compartimos en cada uno de mis festejos, como así también acudí ansioso en tu búsqueda cuando la tristeza o la decepción me embargaban.

Te conocí cuando era sólo un niño. Desde ese entonces jamás lograron separarnos. Es cierto que un par de veces me enfadé injustamente contigo – Pues sí, reconozco que siempre fue injustamente, puesto que la culpabilidad siempre era totalmente mía, aunque nunca quise reconocerlo hasta hoy -, pero no pasaba mucho tiempo antes de que todo quedara en el olvido y volviésemos a ser tan inseparables como siempre.

Siento que este homenaje no cubre ni la cuarta parte de los servicios que me entregaste, ya que tu compañía de todos estos años me hizo crecer como persona y me brindó paz cuando la necesitaba.

Siempre me ha gustado buscar en vida la ocasión para mencionar las cualidades de aquellos que aprecio y esta es la ocasión perfecta para decirte las que siempre vi en ti – Considero una estupidez el decirlas cuando ya han muerto, pues patéticamente califican como “era taaan bueno” tanto al que lo fue como al que deberían tirar al lago sin tanta ceremonia ni falsedades):

Siempre he admirado tu Humildad y esa capacidad para compartir desprejuiciadamente tanto con los más afortunados como con los más desposeídos (nunca alguien podrá señalarte con el dedo y decir que hiciste diferencias). Sumo a ellas tu entrega por quien necesitó de ti, tu digno silencio ante quienes te despreciaron o maltrataron y tu tierno corazón (escondido bajo una dura capa exterior).

Tienes muchas más cualidades que dejé de mencionar, pero todas ellas me producen gran admiración y quisiera aplicar cada vez un poco más de cada una de ellas en mi vida diaria.

Ha llegado el momento de despedirme. Nunca fui muy bueno para estas cosas. Es muy probable que me arrepienta por ello e intente dar pie atrás a mi decisión. Te pido que me ayudes a ser consecuente y no me busques ni te detengas en mi camino.

CUANDO MI VOLUNTAD VACILE, REPASARÉ TODO ESTO QUE TE HE DICHO PARA REAFIRMAR MI POSTURA Y RECORDAR QUE LO HAGO POR UN BIEN MAYOR…

Quizás, cuando ya me recupere de este difícil trance, podamos empezar de 0, dejando atrás mis errores del pasado…

¡¡¡¡ADIÓS, MI GRAN Y LEAL AMIGO PAN!!!!




No hay comentarios: